Medicación Responsable

No debemos olvidar que todos los medicamentos son potencialmente tóxicos y, por comunes que parezcan, no deben ser tomados de manera irracional.

La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa propia sin intervención profesional por parte de un Médico/a o un Químico/a Farmacéutico/a. 

La medicación responsable puede ser conveniente si se utiliza para tratar síntomas menores, como por ejemplo, dolor de cabeza, fiebre o acidez estomacal. Aun así: “Que un medicamento no requiera receta para su dispensación, no significa que su uso indiscriminado pueda resultar perjudicial para la salud” afirma Miguel Cáceres Gaete, Químico Farmacéutico de Farmacia La Avenida. 

En principio todos los medicamentos pueden llegar a ser tóxicos si se administran sin control médico o farmacéutico, lo que conlleva una serie de riesgos para la salud que, en muchos casos, son desconocidos por los ciudadanos:

Toxicidad: cuando un medicamento administrado supera el margen terapéutico, favoreciendo la aparición de efectos secundarios, reacciones adversas y en algunos casos cuadros de  intoxicación.

Falta de efectividad: ocurre al  utilizar fármacos en situaciones en las que no están indicados. Un ejemplo ocurre al emplear antibióticos para tratar el dolor de garganta.

Dependencia o adicción: Antidepresivos, ansiolíticos, inductores del sueño y otros medicamentos que actúan en el Sistema Nervioso Central (SNC), pueden producir dependencia si se toman sin la adecuada supervisión. 

Interacciones: pueden producirse con otros medicamentos o alimentos que la persona está consumiendo, aumentando efecto terapéutico y toxicidad, provocando una reducción en la eficacia del tratamiento. Un ejemplo se produce el asociar anticoagulantes orales con Analgesicos Antiinflamatorios No Esteriodales (AINES), que puede aumentar el riesgo de hemorragias digestiva.

Resistencias a los antibióticos. El uso excesivo de antibióticos puede provocar que las bacterias desarrollen mecanismos de defensa ante estos medicamentos, teniendo como consecuencia que en el mediano plazo  dejen de ser eficaces, aumentando la resistencia bacteriana.

Enmascaramiento de procesos clínicos graves: El uso indiscriminado de medicamentos puede ocultar patologías más graves, provocando un retraso en el diagnóstico y en el tratamiento. Esto sucede al mal utilizar Omeprazol para dolencias gástricas por lapsos de tiempo indeterminados, pudiendo ocultar una patología de mayor gravedad, úlceras, y en el peor de los casos, la aparición de cáncer gástrico.

Lo más recomendado es tratar de consultar siempre antes de tomar un medicamento, sobre todo si se desconoce su uso o si nunca se ha utilizado.

Por otro lado, “Es importante saber interpretar consejos o informaciones extraídas de la red. Recordar que los niños no son “adultos pequeños”, que no se deben ajustar dosis del tipo: “si a un adulto toma paracetamol de 500 mg, para un niño la mitad estará bien”. Siempre hay que considerar que la diferencia entre el efecto terapéutico y el efecto tóxico está en la dosis, por lo mismo, es necesario tomar siempre con seriedad todo lo relacionado al uso de medicamentos” afirma el Farmacéutico.

Antes de utilizar un medicamento, es importante revisar su estado, verificar fecha de vencimiento, y corroborar que efectivamente se trate del fármaco que corresponda, para evitar que puedan generarse interacciones y otros inconvenientes como los mencionados anteriormente.

No hay sustancias peligrosas, sólo maneras peligrosas de usarlas

Jeyaratahm, 1980.

Todas las sustancias son venenos, no existe ninguna que no lo sea. La dosis diferencia un veneno de un remedio

Paracelso, 1520.

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